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Consideraciones Importantes

Salud

El desequilibrio producto de la trisomía en el cromosoma 21 origina dificultades en el desarrollo y función de diversos órganos, aparatos y sistemas.
Los controles de salud en la persona con síndrome de Down son fundamentales para lograr su mayor bienestar físico y mental. Por esta razón, recomendamos seguir en forma ordenada y oportuna todos los controles del niño sano y además seguir con el Programa de Salud que se considera para cada etapa de su desarrollo.

La salud física es parte de su bienestar integral y requiere de la participación de todos los implicados.

Descarga aquí las pautas de salud en las que se explican los distintos controles que se deben realizar en los diferentes períodos de la vida.

Educación

Una educación continua, junto a un ambiente rico en estímulos y oportunidades, unida a permanentes cuidados de salud, favorecerá un desarrollo armónico de las distintas dimensiones humanas y fortalecerán el proceso de integración. Para que esto suceda es necesario que todos los agentes involucrados en este proceso: niño-joven, padres, profesionales, centro de apoyo, jardín infantil, colegio, entre otros, trabajen coordinadamente.

El trabajo mancomunado entre la familia y los distintos profesionales que participan en el cuidado y la educación de la persona con síndrome de Down, es fundamental en la construcción de un proyecto de vida pleno y coherente. El foco siempre debe estar puesto en el desarrollo del potencial propio de cada niño o joven y en el reconocimiento de su individualidad.

Algunas Definiciones

Hasta el momento no existe tratamiento que suprima el cromosoma 21 extra y sus consecuencias; sin embargo, la acción educativa coherente y sistemática de la persona con síndrome de Down, favorecerán sus habilidades y le abrirán puertas de integración en la sociedad.

La definición oficial de discapacidad intelectual es la de la AAIDD (American Association on Intellectual and Developmental Disabilities), del año 2011. Dice así: “La discapacidad intelectual es un estado individual que se caracteriza por presentar limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual como en la conducta adaptativa, tal y como se manifiesta en las habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas, y por ser originada antes de los 18 años”. Este término se refiere a un “estado” de una persona que tiene proyección y evolución, además de las posibilidades de potenciar las capacidades a través de los apoyos que cada uno requiera.

Por otra parte, la capacidad de adaptación marcará cómo una persona funcionará, responderá y actuará en la vida cotidiana, según los apoyos que se le proporcionen para progresar en la adquisición de sus aprendizajes y diversas habilidades. Se entiende por conducta adaptativa “el conjunto de habilidades que se despliegan en el terreno de los conceptos (por ejemplo, lenguaje, lecto-escritura, dinero), en el ámbito social (por ejemplo, responsabilidad, autoestima, probabilidad de ser engañado o manipulado, seguimiento de normas), y en la práctica (actividades de la vida diaria como son el aseo o la comida; actividades instrumentales como son el transporte, el mantenimiento de la casa, la toma de medicina o el manejo del dinero), y que son aprendidas por las personas para funcionar en su vida diaria” (Luckasson y col., 2002).

Por lo tanto, es relevante determinar las limitaciones y capacidades en cada etapa de su desarrollo para proporcionar apoyos, favorecer su desarrollo global y alcanzar expectativas futuras.